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Diferencias entre la ira adaptativa y la ira patológica

La ira patológica o la ira adaptativa son dos formas de afrontar las amenazas de nuestro entorno. Con este post, podremos diferenciar y conocer cada tipo de ira.

¿Para qué sirve la ira?

La ira es un estado emocional subjetivo con un alto nivel de activación autonómica. Se produce cuando percibimos una situación de amenaza: mantenimiento de las normas sociales, de la imagen de uno mismo, de la integridad física, entre otros.

Sin embargo, puede persistir incluso después de que la amenaza haya pasado. Suele expresarse mediante gestos posturales o faciales, inflexiones vocales y verbalizaciones o comportamientos agresivos.

La ira debe entenderse desde una perspectiva evolutiva porque tiene una misión de supervivencia: eliminar la amenaza. Es una emoción intensa, con altos niveles de activación, para luchar de la manera más efectiva con un alto nivel de energía.

No solo provoca cambios fisiológicos, sino también cognitivos y motores. En este sentido, es la emoción más fundamental que rige la agresión.

La forma de expresar la ira está fuertemente condicionada por el contexto sociocultural en el que cada individuo se ha criado y por su propia historia de aprendizaje.

Pero… ¿Qué ocurre cuando este enfado se produce con demasiada frecuencia? El abanico de situaciones estimulantes que desencadenan la ira es muy amplio, y tienen un umbral muy bajo para detectar los estímulos amenazantes, a los que responden acercándose en lugar de huir.

Se enfadan con facilidad, están constantemente irritados (gruñones, cascarrabias o malhumorados). Por ello, es importante aprender una serie de técnicas para mantener la calma cuando sea necesario, estar relajado y tener el control en situaciones difíciles.

 

Diferencias entre la ira adaptativa y la patológica

Es muy importante que aprendamos a diferenciar cuando nuestra ira es normal y adaptativa, es decir, cuando nos impulsa a enfrentarnos a algo en concreto y aparece ante un peligro real donde nuestra reacción e intensidad son proporcionales a la amenaza. Esta ira nos ayudará a conseguir nuestro objetivo.

Y, por el contrario, cuando nuestra ira es desproporcionada, nos causa daño y nos aleja de nuestros objetivos, es una ira patológica, es decir, la reacción y la intensidad son excesivas, la ira se mantiene durante mucho tiempo y es totalmente improductiva.

Características de la ira adaptativa

  • Hay una causa justa.
  • Activa nuestro cuerpo y nos ayuda a adaptarnos y protegernos.
  • La reacción y la intensidad son proporcionales al peligro.
  • Genera un ligero y temporal malestar.

Características de la ira patológica

  • No hay una buena razón
  • Duración muy larga y prolongada
  • Desproporción evidente entre la situación provocada y la reacción del sujeto.
  • Genera un malestar excesivo y duradero.

La ira adaptativa es como cuando los individuos de la especie no pueden huir, la siguiente línea de defensa es luchar, aunque el «depredador» sea más grande.

Y para ello, todo nuestro cuerpo se prepara para la confrontación. Los cambios fisiológicos nos preparan biológica y psicológicamente para ser más rápidos, más fuertes, más despiadados y agresivos y para sentir menos dolor.

La ira patológica suele aparecer como resultado de muchos pensamientos «incendiarios» y de injusticia («No es justo, ganó el concurso por casualidad, toda la vida cuidando de él y tuvo un ataque al corazón, no es justo…»).

La ira patológica genera mucho malestar y afecta a nuestro estado de ánimo, generando ira, frustración, tensión muscular, aumento de la temperatura corporal y de la respiración…

Aprenda a diferenciar su ira y busque ayuda profesional si su ira se mantiene en el tiempo y genera un gran malestar. No dudes en contactar con el equipo de Psicología Gandía si te sientes identificado en este puesto.

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