¿Necesito un psicólogo o podré manejar los problemas por mi cuenta?
Esta pregunta está en la mente de muchas personas, especialmente cuando se enfrentan a situaciones nuevas o particularmente estresantes.
¿Cuándo debo acudir a un psicólogo?
¿Cuales son los síntomas por los cuales debería ir a una terapia?
¿Debo acudir al psicólogo solo si tengo un problema o también puede ayudarme a conseguir mis objetivos?
Cabe mencionar que todos pasamos por ciertas situaciones en algún momento de nuestra vida que nos hacen sentir mal. A veces el sufrimiento, la ansiedad o el agobio son tan intensos que provocan un profundo malestar e incluso afectan a nuestro rendimiento diario.
En estos casos, tendemos a involucrarnos demasiado emocionalmente, podemos atascarnos y tener dificultades para encontrar una respuesta dentro de nosotros mismos.
Ese es el momento de consultar a un psicólogo, un profesional que te ayude a identificar el origen del problema y te permita solucionarlo o, al menos, reducir el malestar que te genera para poder seguir con tu vida.
De hecho, someterse a una terapia psicológica no significa ser débil, sino al contrario, es un gesto de valentía por el que reconoces que tienes una dificultad y que quieres resolverla.
Por desgracia, algunas personas pasan muchos años sin reconocer sus problemas o sin atreverse a dar el primer paso para resolverlos. Como resultado, se quedan atrapados en un bucle de negatividad que les impide disfrutar plenamente de la vida.
Sin embargo, no tienes que vivir así, un psicólogo puede ayudarte.
Necesito ayuda psicológica: ¿a quién debo dirigirme?
Cuando se enfrenta a un problema, la mayoría de las personas deciden pedir consejo a sus allegados, ya sea su pareja, amigos, familiares o incluso un compañero de trabajo.
Aunque tener una perspectiva diferente de la situación en cuestión y aprovechar la experiencia de otros es una estrategia valiosa, no siempre es la más eficaz.
El problema es que estas personas pueden compartir con usted su experiencia y puntos de vista, pero no siempre son la mejor solución para su caso concreto. Pueden aconsejarte, pero no guiarte, ya que no suelen tener las herramientas profesionales adecuadas y se basan en su intuición.
Además, hay que recordar que estas personas generalmente no pueden mantener una distancia emocional y no tienen la objetividad necesaria. Por lo tanto, su opinión se verá influida por su preocupación, su instinto de protección o incluso por un conflicto pasado.
Por eso, a veces, pueden darte una opinión que te incline a tomar una decisión equivocada.
Hay problemas que, por su complejidad o por las repercusiones que pueden tener, requieren la intervención de un profesional.
En estos casos, el psicólogo es el profesional más adecuado. ¿Por qué?
- Será capaz de ponerse en tu lugar y adoptar tu punto de vista analizando todos los factores que te condicionan e influyen en el problema
- Dependencias
- Trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia
- Miedos y fobias
- Estrés
- Trastornos del control de los impulsos
- Problemas de autoestima y falta de confianza
- Trastornos en el ámbito de la sexualidad
- Trastornos de la personalidad
Sin embargo, los psicólogos no se limitan a tratar los trastornos propiamente dichos, sino que también pueden ayudarle a afrontar otras situaciones, como:
- Los hábitos que quiere erradicar
- Problemas familiares
- Conflictos de pareja
- Pérdida de seres queridos
- Sucesos traumáticos
- Problemas en el trabajo
Trastornos psicosomáticos como la fibromialgia, el síndrome del intestino irritable o la hiperhidrosis.
Además, el psicólogo no se limita a tratar los problemas, sino que, a través del coaching, puede ayudarle a realizar determinados cambios en su vida, ya sea para mejorar su organización personal, para alcanzar los objetivos que se ha marcado, para encontrar un equilibrio psicológico o para desarrollar todo su potencial en determinadas áreas.
Por lo tanto, se recomienda consultar a un psicólogo cuando:
- El malestar se hace cada día más intenso, hasta el punto de interferir en su rendimiento diario, ya sea en el ámbito profesional, social o familiar.
- Sientes que no tienes la fuerza o los recursos para afrontar el problema por ti mismo.
- Usted experimenta una serie de síntomas que afectan a su calidad de vida, como insomnio, pérdida de interés en actividades que antes le resultaban agradables, disminución de la libido, sensación de tensión constante…
- Te sientes abrumado por la situación y no sabes cómo reaccionar, no encuentras una salida y piensas que todo ha terminado o que la vida no tiene sentido
- Has probado varias soluciones para resolver el problema, pero todas han fracasado y empiezas a dudar de tus capacidades.
- Tiene problemas para controlar sus emociones, ya sea porque se deprime o se angustia con facilidad, o porque se deja llevar por la ira.
- Se siente vulnerable ante su entorno y piensa que casi todo lo que le rodea es amenazante.
- Quieres mejorar ciertas habilidades sociales que te permitirán enfrentarte a diferentes situaciones con más confianza.
- Te castigas por un error del pasado y sientes un intenso sentimiento de culpa que te impide avanzar en tu vida.
- Sientes que siempre estás a punto de perder el control y estás más irritable de lo habitual, lo que afecta a tus relaciones interpersonales.
- Tiene cambios de humor injustificados y le resulta difícil comunicarse con las personas que le rodean.
Como puede ver, las áreas en las que un psicólogo puede ayudarle son prácticamente infinitas. Por eso, si notas que algo ha cambiado en ti, que no te sientes a gusto o que has dejado de disfrutar de la vida, es el momento de buscar un buen psicólogo en Madrid o en otro lugar. No culpes de estos cambios a la edad o al entorno, recuerda que las situaciones no son estresantes en sí mismas, es la interpretación que hacemos de ellas lo que es doloroso. Así que no te conformes con eso y busca ayuda.
Los beneficios de la ayuda psicológica
Tabla de contenidos
Una de las creencias populares más comunes es que «yo soy mi propio psicólogo». Estas personas piensan que no necesitan contar sus problemas a un psicólogo o psicoterapeuta, porque sólo necesitan consultarlos con la almohada. Es cierto que durante el sueño se consolidan los recuerdos del día y algunos acontecimientos pierden gran parte de su impacto emocional, pero a veces la vida nos presenta pruebas especialmente difíciles que no pueden resolverse sin ayuda.
Estas «pruebas» afectan profundamente a nuestro equilibrio psicológico, y en esos momentos no somos capaces de pensar con claridad y tomar las decisiones más adecuadas. De hecho, a veces ni siquiera podemos llegar al origen del problema, ya sea porque hemos desencadenado un mecanismo de defensa o porque no somos capaces de establecer las conexiones necesarias (quizá con un acontecimiento de la infancia o un trauma reciente) porque carecemos de la formación psicológica necesaria para entender cómo funciona la mente.
En estos momentos, adoptamos una visión de túnel que nos impide ver más allá del problema y no nos permite encontrar alternativas. Por eso, cuando las emociones son demasiado intensas, necesitamos la ayuda de un observador externo e imparcial que nos guíe en el camino del redescubrimiento personal.
Sin embargo, un psicólogo no es sólo un profesional al que se puede acudir en busca de ayuda ante un problema, un conflicto, una crisis o un trastorno. También pueden ayudarle a romper con los hábitos perjudiciales que están dañando su salud física o mental y a cultivar hábitos más beneficiosos que aumenten su productividad o le hagan sentirse mejor.
Además, el espacio de consulta es un lugar donde puedes hablar y expresar tus dudas, miedos y problemas sin sentirte juzgado. A veces, el simple hecho de ser escuchado o validado ya tiene un poder terapéutico. De hecho, no podemos olvidar que todo ser humano tiene una profunda necesidad de comunicarse y ser aceptado.
En resumen, el tratamiento psicológico puede ayudarte:
- Eliminar o reducir los síntomas que interfieren en su vida diaria y afectan a su rendimiento.
- Encuentre el origen del conflicto analizando a fondo todas las situaciones, comportamientos y sentimientos que se han relacionado con el problema
- Conócete mejor a ti mismo, desarrollando una mayor confianza y autoestima
- Mejorar un conjunto de habilidades que te convertirán en una persona más resistente.
- Asume un mayor compromiso con tus decisiones adoptando una actitud más activa ante la vida y avanzando hacia tus objetivos.
- Adopte estrategias de resolución de conflictos más asertivas que no sólo resuelvan el problema actual, sino que le preparen para futuros desafíos.
Por último, aquí tienes tres preguntas que te ayudarán a decidir si necesitas la ayuda de un psicólogo:
- ¿Puedo superar el problema solo o necesito ayuda?
- ¿Me siento abrumado y no puedo más?
- ¿Estoy preparado para participar en un proceso de consultoría?
¿Cómo funciona la terapia psicológica?
«Necesito un psicólogo, pero tengo miedo de pedir ayuda porque no sé qué esperar. Esta idea evita que muchas personas crean muchos mitos populares sobre la psicología, que han contribuido a difundir una imagen falsa. Sin embargo, la psicología es una ciencia con sus propios métodos y técnicas, que han sido validados científicamente y han demostrado su eficacia en cientos de miles de casos.
De hecho, existen diferentes tipos de tratamientos psicológicos y no siempre es necesario someterse a una psicoterapia durante largos periodos. A veces el problema puede resolverse mediante el asesoramiento, que sólo requiere dos o tres sesiones.
El asesoramiento es una intervención más breve y centrada, normalmente dirigida a resolver problemas concretos, cuando la persona no sabe cómo afrontar determinados conflictos, pero tiene recursos para resolver la situación. En estos casos, no se busca un cambio profundo, sino que el trabajo del psicólogo se centra en aportar información sobre aspectos concretos. El asesoramiento tiene un carácter fundamentalmente preventivo y se aplica cuando el conflicto aún no ha llegado al punto de generar un daño psicológico grave.
La psicoterapia, en cambio, es un proceso mucho más complejo en el que se suele buscar el cambio, casi siempre porque los síntomas ya se han instalado y están afectando de alguna manera a la vida cotidiana de la persona. En la psicoterapia se exploran en profundidad las causas que originaron el trastorno o el problema y se trabaja para restablecer el equilibrio psicológico. Este proceso es una intervención en toda regla cuyo objetivo es reforzar ciertos recursos que mejoran la calidad de vida de la persona. Dentro de la psicoterapia, encontramos la psicoterapia de larga duración y la psicoterapia breve.
En Psicología Gandía somos partidarios de la psicoterapia breve, ya que con el uso de técnicas como la hipnosis, el EMDR o el EFT podemos acortar la duración de los tratamientos a aproximadamente la mitad de las sesiones que incluiría un tratamiento psicológico.
A veces el conflicto con las personas con las que vivimos es el principal foco de nuestro malestar. En este caso, dependiendo del origen del problema, lo más adecuado sería una terapia familiar o de pareja.
En los últimos años también se ha desarrollado el coaching. La diferencia con la psicoterapia es que el coaching no se centra en la resolución de problemas y conflictos, sino que pretende ayudar a la persona a desarrollar al máximo sus habilidades y capacidades para alcanzar sus objetivos. El coach le guiará para que descubra su potencial y le ayudará a poner en práctica los cambios que siempre quiso pero no tuvo la fuerza o no supo cómo estructurarse.
Sin embargo, los psicólogos no se limitan a tratar los trastornos propiamente dichos, sino que también pueden ayudarle a afrontar otras situaciones, como:
- Los hábitos que quiere erradicar
- Problemas familiares
- Conflictos de pareja
- Pérdida de seres queridos
- Sucesos traumáticos
- Problemas en el trabajo
Trastornos psicosomáticos como la fibromialgia, el síndrome del intestino irritable o la hiperhidrosis.
Además, el psicólogo no se limita a tratar los problemas, sino que, a través del coaching, puede ayudarle a realizar determinados cambios en su vida, ya sea para mejorar su organización personal, para alcanzar los objetivos que se ha marcado, para encontrar un equilibrio psicológico o para desarrollar todo su potencial en determinadas áreas.
Por lo tanto, se recomienda consultar a un psicólogo cuando:
- El malestar se hace cada día más intenso, hasta el punto de interferir en su rendimiento diario, ya sea en el ámbito profesional, social o familiar.
- Sientes que no tienes la fuerza o los recursos para afrontar el problema por ti mismo.
- Usted experimenta una serie de síntomas que afectan a su calidad de vida, como insomnio, pérdida de interés en actividades que antes le resultaban agradables, disminución de la libido, sensación de tensión constante…
- Te sientes abrumado por la situación y no sabes cómo reaccionar, no encuentras una salida y piensas que todo ha terminado o que la vida no tiene sentido
- Has probado varias soluciones para resolver el problema, pero todas han fracasado y empiezas a dudar de tus capacidades.
- Tiene problemas para controlar sus emociones, ya sea porque se deprime o se angustia con facilidad, o porque se deja llevar por la ira.
- Se siente vulnerable ante su entorno y piensa que casi todo lo que le rodea es amenazante.
- Quieres mejorar ciertas habilidades sociales que te permitirán enfrentarte a diferentes situaciones con más confianza.
- Te castigas por un error del pasado y sientes un intenso sentimiento de culpa que te impide avanzar en tu vida.
- Sientes que siempre estás a punto de perder el control y estás más irritable de lo habitual, lo que afecta a tus relaciones interpersonales.
- Tiene cambios de humor injustificados y le resulta difícil comunicarse con las personas que le rodean.
Como puede ver, las áreas en las que un psicólogo puede ayudarle son prácticamente infinitas. Por eso, si notas que algo ha cambiado en ti, que no te sientes a gusto o que has dejado de disfrutar de la vida, es el momento de buscar un buen psicólogo en Madrid o en otro lugar. No culpes de estos cambios a la edad o al entorno, recuerda que las situaciones no son estresantes en sí mismas, es la interpretación que hacemos de ellas lo que es doloroso. Así que no te conformes con eso y busca ayuda.
Los beneficios de la ayuda psicológica
Una de las creencias populares más comunes es que «yo soy mi propio psicólogo». Estas personas piensan que no necesitan contar sus problemas a un psicólogo o psicoterapeuta, porque sólo necesitan consultarlos con la almohada. Es cierto que durante el sueño se consolidan los recuerdos del día y algunos acontecimientos pierden gran parte de su impacto emocional, pero a veces la vida nos presenta pruebas especialmente difíciles que no pueden resolverse sin ayuda.
Estas «pruebas» afectan profundamente a nuestro equilibrio psicológico, y en esos momentos no somos capaces de pensar con claridad y tomar las decisiones más adecuadas. De hecho, a veces ni siquiera podemos llegar al origen del problema, ya sea porque hemos desencadenado un mecanismo de defensa o porque no somos capaces de establecer las conexiones necesarias (quizá con un acontecimiento de la infancia o un trauma reciente) porque carecemos de la formación psicológica necesaria para entender cómo funciona la mente.
En estos momentos, adoptamos una visión de túnel que nos impide ver más allá del problema y no nos permite encontrar alternativas. Por eso, cuando las emociones son demasiado intensas, necesitamos la ayuda de un observador externo e imparcial que nos guíe en el camino del redescubrimiento personal.
Sin embargo, un psicólogo no es sólo un profesional al que se puede acudir en busca de ayuda ante un problema, un conflicto, una crisis o un trastorno. También pueden ayudarle a romper con los hábitos perjudiciales que están dañando su salud física o mental y a cultivar hábitos más beneficiosos que aumenten su productividad o le hagan sentirse mejor.
Además, el espacio de consulta es un lugar donde puedes hablar y expresar tus dudas, miedos y problemas sin sentirte juzgado. A veces, el simple hecho de ser escuchado o validado ya tiene un poder terapéutico. De hecho, no podemos olvidar que todo ser humano tiene una profunda necesidad de comunicarse y ser aceptado.
En resumen, el tratamiento psicológico puede ayudarte:
- Eliminar o reducir los síntomas que interfieren en su vida diaria y afectan a su rendimiento.
- Encuentre el origen del conflicto analizando a fondo todas las situaciones, comportamientos y sentimientos que se han relacionado con el problema
- Conócete mejor a ti mismo, desarrollando una mayor confianza y autoestima
- Mejorar un conjunto de habilidades que te convertirán en una persona más resistente.
- Asume un mayor compromiso con tus decisiones adoptando una actitud más activa ante la vida y avanzando hacia tus objetivos.
- Adopte estrategias de resolución de conflictos más asertivas que no sólo resuelvan el problema actual, sino que le preparen para futuros desafíos.
Por último, aquí tienes tres preguntas que te ayudarán a decidir si necesitas la ayuda de un psicólogo:
- ¿Puedo superar el problema solo o necesito ayuda?
- ¿Me siento abrumado y no puedo más?
- ¿Estoy preparado para participar en un proceso de consultoría?
¿Cómo funciona la terapia psicológica?
«Necesito un psicólogo, pero tengo miedo de pedir ayuda porque no sé qué esperar. Esta idea evita que muchas personas crean muchos mitos populares sobre la psicología, que han contribuido a difundir una imagen falsa. Sin embargo, la psicología es una ciencia con sus propios métodos y técnicas, que han sido validados científicamente y han demostrado su eficacia en cientos de miles de casos.
De hecho, existen diferentes tipos de tratamientos psicológicos y no siempre es necesario someterse a una psicoterapia durante largos periodos. A veces el problema puede resolverse mediante el asesoramiento, que sólo requiere dos o tres sesiones.
El asesoramiento es una intervención más breve y centrada, normalmente dirigida a resolver problemas concretos, cuando la persona no sabe cómo afrontar determinados conflictos, pero tiene recursos para resolver la situación. En estos casos, no se busca un cambio profundo, sino que el trabajo del psicólogo se centra en aportar información sobre aspectos concretos. El asesoramiento tiene un carácter fundamentalmente preventivo y se aplica cuando el conflicto aún no ha llegado al punto de generar un daño psicológico grave.
La psicoterapia, en cambio, es un proceso mucho más complejo en el que se suele buscar el cambio, casi siempre porque los síntomas ya se han instalado y están afectando de alguna manera a la vida cotidiana de la persona. En la psicoterapia se exploran en profundidad las causas que originaron el trastorno o el problema y se trabaja para restablecer el equilibrio psicológico. Este proceso es una intervención en toda regla cuyo objetivo es reforzar ciertos recursos que mejoran la calidad de vida de la persona. Dentro de la psicoterapia, encontramos la psicoterapia de larga duración y la psicoterapia breve.
En Psicología Gandía somos partidarios de la psicoterapia breve, ya que con el uso de técnicas como la hipnosis, el EMDR o el EFT podemos acortar la duración de los tratamientos a aproximadamente la mitad de las sesiones que incluiría un tratamiento psicológico.
A veces el conflicto con las personas con las que vivimos es el principal foco de nuestro malestar. En este caso, dependiendo del origen del problema, lo más adecuado sería una terapia familiar o de pareja.
En los últimos años también se ha desarrollado el coaching. La diferencia con la psicoterapia es que el coaching no se centra en la resolución de problemas y conflictos, sino que pretende ayudar a la persona a desarrollar al máximo sus habilidades y capacidades para alcanzar sus objetivos. El coach le guiará para que descubra su potencial y le ayudará a poner en práctica los cambios que siempre quiso pero no tuvo la fuerza o no supo cómo estructurarse.
¿Qué problemas o situaciones puede tratar un psicólogo?
¿Cuándo debo acudir a un psicólogo? ¿Es mejor ir en cuanto surja el problema o debo esperar e intentar solucionarlo yo mismo? ¿El psicólogo sólo atiende a personas con trastornos o también puede ayudar con problemas más cotidianos?
El psicólogo es un profesional cualificado que ha cursado estudios universitarios y cumple determinados requisitos de afiliación. Tiene muchas herramientas a su disposición que han demostrado científicamente su eficacia y que le ayudarán a resolver cualquier tipo de problema que pueda tener.
Algunos de los trastornos o problemas más comunes que tratan los psicólogos son:
Trastornos del estado de ánimo, como la ansiedad y la depresión
- Timidez y fobia social
- Dependencias
- Trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia
- Miedos y fobias
- Estrés
- Trastornos del control de los impulsos
- Problemas de autoestima y falta de confianza
- Trastornos en el ámbito de la sexualidad
- Trastornos de la personalidad
Sin embargo, los psicólogos no se limitan a tratar los trastornos propiamente dichos, sino que también pueden ayudarle a afrontar otras situaciones, como:
- Los hábitos que quiere erradicar
- Problemas familiares
- Conflictos de pareja
- Pérdida de seres queridos
- Sucesos traumáticos
- Problemas en el trabajo
Trastornos psicosomáticos como la fibromialgia, el síndrome del intestino irritable o la hiperhidrosis.
Además, el psicólogo no se limita a tratar los problemas, sino que, a través del coaching, puede ayudarle a realizar determinados cambios en su vida, ya sea para mejorar su organización personal, para alcanzar los objetivos que se ha marcado, para encontrar un equilibrio psicológico o para desarrollar todo su potencial en determinadas áreas.
Por lo tanto, se recomienda consultar a un psicólogo cuando:
- El malestar se hace cada día más intenso, hasta el punto de interferir en su rendimiento diario, ya sea en el ámbito profesional, social o familiar.
- Sientes que no tienes la fuerza o los recursos para afrontar el problema por ti mismo.
- Usted experimenta una serie de síntomas que afectan a su calidad de vida, como insomnio, pérdida de interés en actividades que antes le resultaban agradables, disminución de la libido, sensación de tensión constante…
- Te sientes abrumado por la situación y no sabes cómo reaccionar, no encuentras una salida y piensas que todo ha terminado o que la vida no tiene sentido
- Has probado varias soluciones para resolver el problema, pero todas han fracasado y empiezas a dudar de tus capacidades.
- Tiene problemas para controlar sus emociones, ya sea porque se deprime o se angustia con facilidad, o porque se deja llevar por la ira.
- Se siente vulnerable ante su entorno y piensa que casi todo lo que le rodea es amenazante.
- Quieres mejorar ciertas habilidades sociales que te permitirán enfrentarte a diferentes situaciones con más confianza.
- Te castigas por un error del pasado y sientes un intenso sentimiento de culpa que te impide avanzar en tu vida.
- Sientes que siempre estás a punto de perder el control y estás más irritable de lo habitual, lo que afecta a tus relaciones interpersonales.
- Tiene cambios de humor injustificados y le resulta difícil comunicarse con las personas que le rodean.
Como puede ver, las áreas en las que un psicólogo puede ayudarle son prácticamente infinitas. Por eso, si notas que algo ha cambiado en ti, que no te sientes a gusto o que has dejado de disfrutar de la vida, es el momento de buscar un buen psicólogo en Madrid o en otro lugar. No culpes de estos cambios a la edad o al entorno, recuerda que las situaciones no son estresantes en sí mismas, es la interpretación que hacemos de ellas lo que es doloroso. Así que no te conformes con eso y busca ayuda.
Los beneficios de la ayuda psicológica
Una de las creencias populares más comunes es que «yo soy mi propio psicólogo». Estas personas piensan que no necesitan contar sus problemas a un psicólogo o psicoterapeuta, porque sólo necesitan consultarlos con la almohada. Es cierto que durante el sueño se consolidan los recuerdos del día y algunos acontecimientos pierden gran parte de su impacto emocional, pero a veces la vida nos presenta pruebas especialmente difíciles que no pueden resolverse sin ayuda.
Estas «pruebas» afectan profundamente a nuestro equilibrio psicológico, y en esos momentos no somos capaces de pensar con claridad y tomar las decisiones más adecuadas. De hecho, a veces ni siquiera podemos llegar al origen del problema, ya sea porque hemos desencadenado un mecanismo de defensa o porque no somos capaces de establecer las conexiones necesarias (quizá con un acontecimiento de la infancia o un trauma reciente) porque carecemos de la formación psicológica necesaria para entender cómo funciona la mente.
En estos momentos, adoptamos una visión de túnel que nos impide ver más allá del problema y no nos permite encontrar alternativas. Por eso, cuando las emociones son demasiado intensas, necesitamos la ayuda de un observador externo e imparcial que nos guíe en el camino del redescubrimiento personal.
Sin embargo, un psicólogo no es sólo un profesional al que se puede acudir en busca de ayuda ante un problema, un conflicto, una crisis o un trastorno. También pueden ayudarle a romper con los hábitos perjudiciales que están dañando su salud física o mental y a cultivar hábitos más beneficiosos que aumenten su productividad o le hagan sentirse mejor.
Además, el espacio de consulta es un lugar donde puedes hablar y expresar tus dudas, miedos y problemas sin sentirte juzgado. A veces, el simple hecho de ser escuchado o validado ya tiene un poder terapéutico. De hecho, no podemos olvidar que todo ser humano tiene una profunda necesidad de comunicarse y ser aceptado.
En resumen, el tratamiento psicológico puede ayudarte:
- Eliminar o reducir los síntomas que interfieren en su vida diaria y afectan a su rendimiento.
- Encuentre el origen del conflicto analizando a fondo todas las situaciones, comportamientos y sentimientos que se han relacionado con el problema
- Conócete mejor a ti mismo, desarrollando una mayor confianza y autoestima
- Mejorar un conjunto de habilidades que te convertirán en una persona más resistente.
- Asume un mayor compromiso con tus decisiones adoptando una actitud más activa ante la vida y avanzando hacia tus objetivos.
- Adopte estrategias de resolución de conflictos más asertivas que no sólo resuelvan el problema actual, sino que le preparen para futuros desafíos.
Por último, aquí tienes tres preguntas que te ayudarán a decidir si necesitas la ayuda de un psicólogo:
- ¿Puedo superar el problema solo o necesito ayuda?
- ¿Me siento abrumado y no puedo más?
- ¿Estoy preparado para participar en un proceso de consultoría?
¿Cómo funciona la terapia psicológica?
«Necesito un psicólogo, pero tengo miedo de pedir ayuda porque no sé qué esperar. Esta idea evita que muchas personas crean muchos mitos populares sobre la psicología, que han contribuido a difundir una imagen falsa. Sin embargo, la psicología es una ciencia con sus propios métodos y técnicas, que han sido validados científicamente y han demostrado su eficacia en cientos de miles de casos.
De hecho, existen diferentes tipos de tratamientos psicológicos y no siempre es necesario someterse a una psicoterapia durante largos periodos. A veces el problema puede resolverse mediante el asesoramiento, que sólo requiere dos o tres sesiones.
El asesoramiento es una intervención más breve y centrada, normalmente dirigida a resolver problemas concretos, cuando la persona no sabe cómo afrontar determinados conflictos, pero tiene recursos para resolver la situación. En estos casos, no se busca un cambio profundo, sino que el trabajo del psicólogo se centra en aportar información sobre aspectos concretos. El asesoramiento tiene un carácter fundamentalmente preventivo y se aplica cuando el conflicto aún no ha llegado al punto de generar un daño psicológico grave.
La psicoterapia, en cambio, es un proceso mucho más complejo en el que se suele buscar el cambio, casi siempre porque los síntomas ya se han instalado y están afectando de alguna manera a la vida cotidiana de la persona. En la psicoterapia se exploran en profundidad las causas que originaron el trastorno o el problema y se trabaja para restablecer el equilibrio psicológico. Este proceso es una intervención en toda regla cuyo objetivo es reforzar ciertos recursos que mejoran la calidad de vida de la persona. Dentro de la psicoterapia, encontramos la psicoterapia de larga duración y la psicoterapia breve.
En Psicología Gandía somos partidarios de la psicoterapia breve, ya que con el uso de técnicas como la hipnosis, el EMDR o el EFT podemos acortar la duración de los tratamientos a aproximadamente la mitad de las sesiones que incluiría un tratamiento psicológico.
A veces el conflicto con las personas con las que vivimos es el principal foco de nuestro malestar. En este caso, dependiendo del origen del problema, lo más adecuado sería una terapia familiar o de pareja.
En los últimos años también se ha desarrollado el coaching. La diferencia con la psicoterapia es que el coaching no se centra en la resolución de problemas y conflictos, sino que pretende ayudar a la persona a desarrollar al máximo sus habilidades y capacidades para alcanzar sus objetivos. El coach le guiará para que descubra su potencial y le ayudará a poner en práctica los cambios que siempre quiso pero no tuvo la fuerza o no supo cómo estructurarse.
Yo no estoy en linea con lo aqui expuesto, pienso sinceramente que hay muchos aspectos que no han podido ser considerados en cuenta. Pero valoro mucho vuestra exposicion, es un buena web.
Saludos